Te busqué en cada rincón del mundo, en el eco de la lluvia y en el viento profundo, creyendo que eras un amor imposible, un sueño tan lejano como intangible. Y al final estabas ahí, tan cerca de mí, que quién lo diría, qué ironía. En la curva de tu sonrisa encontré la calma que tanto había perdido, en tu mirada todo lo que creí olvidado, y en la punta de tu nariz esa dulzura que siempre había buscado. Fuiste ese amor que se escondió durante años, como un secreto que el tiempo me guardó. Ahora, todo tiene sentido, porque contigo no hay miedo, no hay dudas, solo la certeza de que este es mi lugar seguro. Y quiero perderme en tu risa, en tu voz, en cada detalle que hace que el mundo entero desaparezca y solo quedemos tú y yo.
Ya conocí el mundo, he explorado lugares inhóspitos, he recorrido miles de calles, he viajado hasta lugares peligrosos y te buscaba por todas partes, y al final estabas tan cerca de mí, que quién lo diría, qué ironía. Contigo todo ha sido como esos amores de antaño, donde hay nervios y sensaciones nuevas, donde no hay miedo a ser uno mismo. Este es mi lugar seguro, el que estuve buscando durante mucho tiempo y lo encontré sin darme cuenta, el que estoy y me siento en paz. Y ahora quiero conocer cada calle, cada lugar, cada parte de este nuevo mundo que sé que le puedo llamar hogar porque estás tú.
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